Las raíces sombreadas, oscuras, naturales y salvajes, son una de las tendencias capilares de este otoño pandémico.
Toda mujer teñida o con mechas conoce ‘el infierno’ de ver salir la raíz de tu pelo a la luz en su tono original, desde canas puras y duras a negro sobre rubio. El horror era más grande, especialmente si el tono de coloración capilar distaba mucho de tu color de pelo natural.

Ana de Armas
Sin embargo, en estos tiempos de desatino, caos e incertidumbre, somos muchas las peliteñidas que nos hemos dado de bruces con nuestra cruda realidad ‘radical’ durante el confinamiento. Y resulta que hemos tenida una de esas Epifanías tan propias de la pandemia. Nos hemos mirado al espejo, ese espacio en línea directa con la Verdad donde no podemos engañarnos a nosotras mismas, y éste nos ha devuelto una mirada sosegada, adaptativa, resiliente, la mirada despierta y razonable de la inteligencia emocional. Hemos tenido que pasar un calvario mundial para reconciliarnos con los tonos que la naturaleza nos regaló, ¡incluso los muy anodinos castaño topo!

Paris Jackson
Así, no sólo hemos abrazado las raíces negras como el betún que desembocan en caprichosos afluentes de mechas rubias -ay, esa Arcadia beige que arrebata a la española-, sino que incluso, oye, les hemos cogido el gustillo.