No falla. Es beber un poco más de la cuenta y ¡zas! resacón en Las Vegas -y en tu provincia- al día siguiente. Apeémonos de este carrusel de emociones con buenas soluciones.
La conoces tanto como a tu prima hermana, pero aun así te vamos a explicar sus más crudas manifestaciones. La resaca es ese estado físico y mental que te sobreviene ‘el día después’ y que se acompaña de molestias ingratas como dolor de cabeza, deshidratación, náuseas, malestar general, depresión del estado anímico… y la firme y ya proverbial promesa de no volver a beber nunca jamás.
Antes de que la incumplas, que lo harás a menos que te fecunden un óvulo o entres en coma o en un monasterio budista, sé más ‘cuqui’ y no cargues las tintas de tu resaca sobre tu flaqueza de voluntad, sino sobre tu falta de estrategias anti decadencia. Beber en exceso no es nada recomendable y lo sabes bien por el ejemplo de, ehm, tus amistades, pero a veces hasta un par de cervezas pueden producir un cortocircuito en el sistema. Y no digamos una fiesta de guardar como las que se nos avecinan, tan espirituales y espirituosas ellas y tan de darle al frasco carrasco.