Este otoño-invierno se posiciona con fuerza la trabajada naturalidad. El ‘menos es más’ se depura al máximo para perseguir un ideal de sobriedad informativa. Ni sombras teatrales, ni labios incitantes. Únicamente la belleza de una piel bien cuidada y maquillada; como un desértico paisaje nevado en que no irrumpe ni un árbol. Piel de melocotón, sin mancha. La inmaculada concepción de la tez se consigue con un maquillaje en desnudez. Oda a una piel perfecta; corregida, borrada y tratada convenientemente por bases de maquillaje, correctores, borradores e iluminadores.
Una imagen que recuerda un poco a los capullos antes de estallar, muy apetecible para mujeres de todas las edades.