La veteranía es un grado, y Teresa de la Cierva tiene su chaqueta de Capitana Beauty llena de galones.
Recuerdo artículos de ‘La Polvera’, el blog que Teresa de la Cierva tenía en la web de ABC (periódico que fue su casa durante 36 años), que me han hecho disfrutar del periodismo de belleza como quien baila un chotis: pivotando entre la diversión, la fascinación y el aprendizaje sin despegarme de la misma baldosa.
Ponerle chispa al más bien tedioso I+D cosmético (que Dios me perdone), informar sobre las complejidades de la cirugía estética con la facilidad con la que se casca un huevo o descubrir los inventos de belleza más insólitos son algunas de las cualidades que refleja en su personal escritura.
Teresa se ha curtido durante una pila de años en las trincheras beauty. Esto incluye hacer correr raudales de tinta sobre ‘pócimas’ y ungüentos prometedores, chuparse muchas horas de vuelo para ver una nueva barra de labios o ceder su propio rostro a una carrera de caracoles. Con toda naturalidad se ha trasladado al paradigma digital, donde ahora es, además, influencer (#instayaya, como lo denomina la también muy veterana Marta Barroso). En su cuenta de Instagram acumula una comunidad de casi 50.000 seguidores, ahí es ná, sedientos de su ración de belleza, humor y buen rollo, el mismo que le echa a la ‘vida real’.
Encuentro normal que Teresa de la Cierva haya sido muy regalada, porque ella misma es un regalo. Y como compartir es de guapas, he aquí sus regalos top, ¡en directo en tu pantalla amiga! Seguir leyendo…