
"Scout", de Richard Philips.
La información nos hará libres, poderosas, y sanas.
¿Cuánto sabes sobre los rayos UV? De acuerdo, quizá no tanto como para dar una charla magistral sobre la materia, pero ¿a que eres perfectamente consciente de su nocividad y te proteges más cada año?
Resumiendo y sin complicaciones, sabemos que hay una manera sencilla de contraer cáncer de piel, y ésa es exponernos como lagartas al sol, sin límite horario y sin respetar el sagrado protocolo de las cremas con SPF.
Como no somos unas kamikazes, lo seguimos a rajatabla. Pero, ¿cuidas también tu vista? ¿Proteges tus ojos de las radiaciones del sol?
A pesar de acumular, a buen seguro, años de sabiduría y de cuidados ante el astro rey, seguramente no sepas que la piel de los párpados es la más delicada de todo el organismo, de manera que unas buenas gafas no sólo deben proteger tus ojos sino también la piel que los cobija.
A mí me chiflan las gafas de sol, lo reconozco sin ambages. Tengo unos 20 pares, bien expuestos en una repisa de mi casa ante un espejo, cómodos y felices mientras esperan turno.
Me gustan muchísimo como accesorio, son capaces de darles otra vuelta de tuerca al look más soso (me río yo de los tacones. ¡La gafa es la que remata la imagen!), difuminan mis ojeras de perro pachón, escondiéndome caritativamente cuando no me apetece maquillarme y ‘además’… protegen mi vista de los rayos del sol. Qué más se le puede pedir a un complemento.
Como amante leal de la gafa, he asistido con placer esta mañana a la presentación de la nueva campaña de Transitions Optical.