Tomar las aguas en una abadía o comer en un castillo amurallado con vistas al mar son algunas de las singulares propuestas de Paradores para renovar cuerpo y mente.
Paradores es una de esas propuestas innovadoras que encarna el carácter creativo español. Con una premisa única en el mundo, la red de Paradores preserva, restaura y patrocina la riqueza patrimonial de España, que de otra manera hubiera caído en el olvido. Con motivo de su 90 aniversario, Paradores ha lanzado una serie de propuestas muy singulares para reivindicar su amplia oferta de turismo saludable. Creedme cuando os digo que la combinación de edificios históricos con entornos incomparables hacen maravillas para disolver el estrés acumulado.
La red de Paradores es una especie de máquina del tiempo que ofrece una visión privilegiada de la historia española. Y aunque primordialmente recuperan y rehabilitan espacios antiguos, lo hacen teniendo en cuenta la afición de los tiempos modernos por las experiencias singulares. Como muestra, un botón: en el Parador de Santo Estevo (Orense) celebran la viticultura heroica en tierra de meigas. Ubicado en un antiguo monasterio benedictino rodeado de un bosque infinito, ofrece un paseo en barco por la Ribeira Sacra con degustación del vino producido por las bodegas que cosechan en la pendiente de los cañones del río Sil.
En Gredos (Ávila), un experto en micología acompaña a los aficionados a las setas a recolectarlas sin miedo a confundir una Amanita venenosa con una inocua Trompetilla de la Muerte. Y en Tenerife, los amantes de las estrellas pueden observar los cuerpos celestes acompañados de un astrónomo.

Para quienes prefieren escapar del mundanal ruido, la propuesta wellness de Paradores incluye una carta muy singular de tratamientos de belleza y relax enmarcados en ubicaciones singulares con mucha historia. Seguidores de la máxima latina mens sana in corpore sano, ocho Paradores combinan una oferta gastronómica de calidad con instalaciones de spa que ofrecen rituales de relajación únicos.
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