
Hay ciertos artistas que no admiten discusión sobre su permanencia emocional en las listas de favoritos, su canturreo bajito mientras se espera que llegue el metro, a veces de la boca de quien menos te lo esperas. Disculpe, ¿ha dicho usted ch-ch-ch-ch-changes?
“Ojo Pipa” debió ser bastante rebel rebel, pero sus fans le hemos aliado para siempre con nuestros cascos. Y con La Historia. Suya fue la década de los 70, la apología de la androginia, el glam, el solipsismo con sentido del humor, el laurel de hoja perenne, el polvo de estrellas, el cielo sobre Berlín y el contacto directo con el ilustre Major Tom. Además de con Brian Eno, Iggy Pop, Robert Fripp, Lou Reed, Marc Bolan y otros coetáneos con quienes compartió arrebato y creación.
Un arrechucho al corazón le apartó de las tablas y de su público de voraces, siempre piando en el nido para que nos echara otra miga de pan. Tras 10 años de silencio encerrado en casa con su Imán del alma, ésa que ha ungido también sus pies de barro, Bowie nos da la alegría de manifestarse de nuevo. Y lo hace como un señor que ha tenido tiempo de pensar. Ofreciendo una reflexión a los polluelos.
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